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viernes, 26 de mayo de 2023

San Cristóbal de Torondoy

 

Su historia.

(Tomado del Libro El Valle del Chirurí, 2015, proyecto, material inédito del Cronista Municipal T.S.U. Rafael Pulido).

De acuerdo a la investigación histórica documental de la Parroquia San Cristóbal de Torondoy, tenemos lo siguiente: es una población prehispánica donde habitaron la parcialidad de indios “Chiruríes” de la etnia Mocotapó,  el Lic. Luis Alberto Ramírez en su interesante libro titulado “La tierra prometida del Sur del Lago de Maracaibo y la villa y puerto de San Antonio de Gibraltar (siglos XVI-XVII) asevera que “Las encomiendas de indígenas ubicados en las planicies de la zona sur del Lago de Maracaibo bajo la jurisdicción de Mérida fueron asignadas en 1564. La Corona española había determinado que las encomiendas se otorgaran por una vida, luego las prorrogó por dos y hasta tres vidas, y finalmente hasta cuatro vidas. En 1718 fue emitida una orden real en la que a partir de entonces, ninguna encomienda sería renovada o ratificada, lo que inició el proceso de extinción definitiva de la institución en los dominios americanos”. Mientras que este cumplimiento legal se daba, pero en la práctica numerosas encomiendas se habían extinguido por una parte por epidemias y por el otro debido al proceso de mestizaje, esto conllevó a la desaparición de muchas etnias. Esta nueva reasignación de los indígenas se procedió a dividirlos en cinco grupos étnicos, cado uno de ellos con varias parcialidades, así tenemos que la etnia Mocotapó tenía las parcialidades: Chirurí, Estanques, Chama, Curachucuta, Arapuey, Mucujepe, Chaquinigo y Mucuxaxete; comprendido entre los años 1558 hasta 1645. Entre los encomenderos estaban Juan Díaz de Tena, Juan Esteban y Pedro Alonso Santa Cruz en dicha etnia, apuntamientos hechos en 1564 por Andrés Díaz Venero de Layva. También los apuntamientos de Venero de Leyva darían origen al proceso sucesorio de las encomiendas (1564-1630), por ejemplo en la etnia Mocotapó en la encomienda de las parcialidades Curachucuta y Chirurí figuraban los encomenderos: Pedro Alonso Santa Cruz (1564), Gonzalo de Avendaño (1573), Francisco de Avendaño (1590), Benito Franco (1603), Juan Fernández de León (1603) y Juan Fernández de León, hijo (1628)”.

Con respecto a la organización de poblados y resguardos de los indígenas, el mismo Lic. Luis Alberto Ramírez comenta que los mismos “fueron producto de las normas de reducción que se impusieron desde la gestión del presidente Andrés Díaz Venero de Leyva, quien dispuso que se devolviera a los naturales las tierras usurpadas y se les dotara con la extensión suficiente en la Nueva Granada. En este caso en Mérida su primer intento de organización ocurrió en 1586, bajo la dirección del juez poblador Bartolomé Gil Naranjo, quien establecería 79 pueblos de encomienda, bajo la tutela de 33 encomenderos. En la zona sur del Lago de Maracaibo se conformarían cinco (5) pueblos: Mosnachó de Hernando Cerrada; Noro-Mocotapó de Miguel de Trejo, Juan Esteban y Gonzalo de Avendaño; Quinturriaga de García de Carvajal, Estanques de Juan Andrés Varela y Casquejo-Cacuy de Francisco López Mejía. Disputas que durarían muchos años. Finalmente cuando se establecieron los pueblos de La Sabana, a la que se agregaron los indios de Chama en la parcialidad de Estanques; los Capaz, en las parcialidades de Guachíes y Olleros. Asimismo, en las estribaciones de las montañas inmediatas a la jurisdicción de San Antonio de Gibraltar se estableció el Pueblo de La Sal, se le sumaron la etnia Mocotapó en las parcialidades Curachucuta, Chaquinigo y Mucuxaxete. En la misma jurisdicción se organización dos (2) pueblos: el de Chirurí, anexándose la etnia Mocotapó en sus parcialidades Mucuzepa, y Chirurí a la de Capaz. Inicialmente se dio cumplimiento a aquellas disposiciones, pero a medida que pasaba el tiempo mucho de estos pueblos desaparecieron en la planicie lacustre, primordialmente por la morbilidad, como ya lo habíamos comentado anteriormente”.
Restos de cerámicas encontrados en San Cristóbal de Torondoy.

Ya en nuestros tiempos el Dr. Máximo Paternó-Rizzari Sasso, médico rural de la Parroquia San Cristóbal de Torondoy (1950), en la entrevista que le hizo a Don Vicente Barone se aproxima a partir entre los años: 1845-1850, que llegarían los primeros colonizadores a estas florecientes tierras de San Cristóbal, entre las cuales podemos mencionar a: don Hilario Villarreal, de Piñango; don Vicente Albarrán y don Fulgencio Ribas, del Estado Trujillo; don Rafael Pérez, de Timotes; don Emmanuel Zulbarán, de Mucuchíes, don Jesús García, y muchos otros.

Para 1887 San Cristóbal de Torondoy, era un caserío de la parroquia de Palmira. El 6 de diciembre de 1890 los vecinos de la Aldea de La Sal (Piñango) y el caserío de San Cristóbal del Distrito Miranda de la Sección Mérida,  levantaron un oficio en donde exponían el adelanto que ha tenido estas dos comunidades en cuanto al número de habitantes, escuelas de varones y de niñas con suficiente número de alumnos dotadas por los mismos vecinos, lo necesario para atender los gastos de la administración pública, casa municipal, vías de comunicación en buen estado, pero con la imperiosa necesidad lo distante que se encontraban la capital del Distrito y de la parroquia, la aldea a 8 leguas y el caserío a 7 leguas, respectivamente, este segundo con el inconveniente de que el camino se encontraba obstruido por lo que su reparación salía costoso y el compromiso de que el Estado Soberano aumentara el progreso y bienestar de los pueblos, suplicaban un auxilio al Cuerpo Soberano del Estado la erección de una parroquia, conformada por los dos pueblos vecinos mencionados anteriormente. Esta petición fue aceptada por la Asamblea Legislativa del Estado, pocos días se le notificó al Concejo Municipal de Timotes para que realizara los trámites correspondientes. En los siguientes días el Cuerpo Legislativo y el Concejo Municipal sesionaron varias veces, este último emitió una respuesta en fecha 21 de diciembre de 1890, en donde afirmaban que se tomara sus peticiones y a su vez sugerían que se bautizara con el nombre “Córdoba” a la nueva parroquia en creación. Pero el 23 de diciembre de ese mismo año el Consejo Legislativo del Estado “Los Andes” sancionó y promulgó el Decreto de creación de la nueva parroquia civil cambiando el nombre de “Córdoba” por el de “Piñango”,  compuesta por la  aldea de La Sal y el caserío San Cristóbal ambos pertenecientes al Distrito Miranda de la Sección Guzmán, el aludido decreto fue publicado en gaceta oficial del Estado Mérida el 30 de abril de 1891. El epónimo de la nueva parroquia civil se debe al prócer caraqueño Judas Tadeo Piñango, fue oficial del ejército de Venezuela en la guerra de Independencia, luchó al servicio de la causa de la emancipación a partir de 1810. Participó en varias batallas al lado de Bolívar, fue gobernador militar de Mérida (1826 – 1830), igualmente participó activamente en la restauración de la República en 1830 y en la vida pública del país hasta 1848, año en que fallecería (6 de abril) a causa de una herida combatiendo en la batalla de Taratara (Edo. Falcón). Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde el 16 de diciembre de 1942.

En la Ley de División Territorial La Constituyente del Estado “Los Andes”, sancionado el 4 de noviembre de 1893 se crea el Distrito Torondoy, compuesto por Torondoy, que es su cabecera, la parroquia Piñango y la Aldea de Santa Polonia. Para el Primero de enero de 1894 la Junta Comunal de la Parroquia Piñango estaba integrada de la siguiente forma, como principales los ciudadanos: Cipriano Corredor, Anunciación García, Eduardo Araujo, Cándido Villarreal y Esteban Sánchez y como suplentes: Ladislao García, Delfín Simancas, Martín Villarreal, Fausto Sánchez y Gregorio Villarreal. Para el 20 de marzo de 1896, se elegía las nuevas autoridades de la Junta Comunal de Piñango, quedando así; como principales: Claudio Corredor, Fidel Becerra, Ramón Benti, Manuel Sánchez y Eusebio Villarreal, y los suplentes eran: Manuel Fernández, Trinidad Araujo, José del Rosario Villarreal, Manuel Araujo y Pablo Ignacio Rivas. Sucesivamente el 26 de septiembre de 1898 la Junta Comunal de Piñango estaba integrada por: Juan Palmi, Jesús María Rendón, Esteban Sánchez, Delfín Simancas y Martín Villarreal como Principales, y los Suplentes: Lesmes Rodríguez, Antonio Benti, Cipriano Corredor, Ladislao García y Onésimo Salas.

El 3 de abril de 1899 en sesión extraordinaria del Concejo Municipal de Distrito Torondoy, se leería y ponía en consideración la Resolución enviado por el gobierno Provisional del Estado “Los Andes” (de fecha 20 de febrero), que hablaba sobre los límites de la Parroquia Piñango de este distrito (Torondoy) y Palmira del distrito Miranda. En el momento se autorizó al Presidente del Ayuntamiento y al Síndico Procurador para la recopilación de datos concernientes a los límites, y posteriormente se informaría al Ejecutivo del Estado a la brevedad posible. El 6 de mayo de ese mismo año el Concejo Municipal daba cuenta de una nota oficial del ciudadano Presidente Provisional del Estado “Los Andes” (fechada 21 de abril) en donde se remitía la transcripción de la Resolución dictada el 20 de abril, y el informe del Procurador General del Estado sobre los límites de las parroquias Palmira y Piñango. Ante este caso el Ayuntamiento por unanimidad acordó designar una comisión especial integrada por los ciudadanos concejales: Manuel Araujo González, Simón Eladio Rendón y Martín Quintero, para dar cumplimiento al Decreto Legislativo de fecha 23 de diciembre de 1890, a su vez participarían al Ilustre Concejo Municipal del Distrito Miranda, con el fin de que acordaran el día que debiera llevarse a efecto dicha resolución.

En sesión ordinaria del Concejo Municipal del Distrito Torondoy del 10 de abril de 1899, el Presidente del Ayuntamiento con apoyo proponía que la ley autorizaba a la “Corporación” para establecer aldeas, y en su opinión se llevara a la categoría aldea el caserío San Cristóbal en la Parroquia Piñango, y puesto en discusión quedó aprobado por unanimidad y así se acordó, exigiendo la “Corporación” que el de la proposición (don Martín Quintero) presentara un acuerdo, en tal fin para darle la primera discusión en la próxima sesión, pero esta discusión no fue continua. Años después se concretaría, es decir, el 3 de enero de 1910, cuando el Primer Vicepresidente del Ayuntamiento de Torondoy, Antonio Lares Rumbos proponía la elevación a la categoría de “aldea” al caserío “San Cristóbal”, perteneciente al Municipio Piñango, cuya petición fue aprobada, en ese mismo momento se nombraba una junta compuesta por los ciudadanos: Germán Schuessler, Rafael Rodríguez y Antonio Benti, quienes se encargarían de demarcar los límites de la “aldea” en cuestión. Meses después, el 17 de marzo la extinta Asamblea Legislativa del Estado Mérida elevaba a Municipio Foráneo la aldea de San Cristóbal dependiente del Distrito Torondoy. También tenemos que acotar que en sesiones anteriores del Ayuntamiento de Torondoy, de fecha 30 de mayo de 1899 se daba cuenta de una nota del Presidente de la Junta Comunal de la Parroquia Piñango, de fecha 21 del mismo y adjunto a ella una copia del acta donde se declaraba la apertura de un camino, cuya petición lo hacían los vecinos del caserío San Cristóbal.

Aquel 17 de marzo de 1910, fecha de transcendental importancia para los pobladores de San Cristóbal de Torondoy, aquella noticia redundó en todos los rincones del nuevo municipio foráneo adscrito al Distrito Torondoy., comenta don Duilio Barone en su libro “Caminos de Piedras”, que para desempeñar la Jefatura Civil fue nombrado Antonio Benti y para la Secretaría Lázaro F. Volcanes. En los años siguientes el Ayuntamiento Municipal de Torondoy se encargaría de conformar la Junta Comunal del nuevo municipio foráneo, entre otros municipios vecinos, a  continuación resaltamos algunas fechas de la conformación del mismo:

El 28 de febrero de 1911, el municipio San Cristóbal quedaría integrado por: Germán Schuessler, Alejandro Barone, Francisco Benti, Ladislao García y José Trinidad Araujo como Principales, y Onésimo Salas, Vicente Barone, Ramón Benti, José del Carmen Calles y Manuel Corredor, como Suplentes.

El 4 de febrero de 1912, la Junta Comunal estaba integrada por: Germán Schuessler, Alejandro Barone, Onésimo Salas, León Rodríguez y Vicente Volcanes como Principales, y Benjamín Calles, Felimaco Araujo, Francisco Benti, José del C. Calles y Blas Araujo como Suplentes;

Para el 30 de marzo de 1914 estarían como Principales: Lázaro F. Volcanes, Antonio Benti, Rafael Rodríguez, Vicente y José Duilio Barone, y como Suplentes: León A. Rodríguez, Carmelo Calles, Ismael Benti, Felimaco y Juan Ignacio Araujo;

Para el Primero de marzo de 1915 les tocaría a: Lázaro F. Volcanes, Antonio Benti, Rafael Rodríguez, Vicente Barone y Marco-capau Rocha como Principales Ismael Benti, León Rodríguez, Delfín Simancas, Felimaco Araujo y Onécimo Salas como Suplentes;

El 20 de febrero de 1916 les corresponderían conformar dicha Junta Comunal a: Lázaro F. Volcanes, Antonio Benti, Rafael Rodríguez, Vicente Barone, Onésimo Salas como Principales y, Ismael Benti, León Rodríguez, Delfín Simancas, Felimaco Araujo y José Duilio Barone como Suplentes;

El de 20 febrero de 1917, fueron reelegidos sus integrantes de dicha Junta;

El 20 de febrero de 1918 quedaron para ejercer los cargos, los Principales eran: Lázaro Volcanes, Luis Rodríguez, Vicente Volcanes, Antonio Benti y Vicente Barone, y como Suplentes: León Rodríguez, Duilio Barone, Uladislao García, José Amando Villamizar y Jesús María Hernández;

El 6 de marzo de 1919, lo serían Luis A. y León A. Rodríguez, Antonio Benti, Duilio Barone y José Rafael Montilla como Principales y, Francisco Barone, Francisco Benti, Jesús Rodríguez, Luis y Claudio Araujo como Suplentes;

El 4 de marzo de 1920 correspondió a los ciudadanos: Luis A. Rodríguez, Lázaro J. Volcanes, Antonio Benti, Rafael Rodríguez y Rafael Montilla como Principales y Suplentes estarían Jesús Rodríguez, Duilio Barone, Ismael Benti, Francisco Barone y José Amando Villamizar; y así sucesivamente.

Posteriormente el 10 de abril de 1919 el Concejo Municipal del Distrito Torondoy asistirían a la sesión ordinaria una representación de ciudadanos del Municipio San Cristóbal haciendo la solicitud formal para que sea demarcado el área de población de aquel municipio, no fue sino el 8 de mayo del mismo cuando la Municipalidad tomaría en consideración de aquella petición, en este caso procederían hacer el decreto de conformidad a la ley respectiva del Poder Público Municipal. A medida que pasaba el tiempo se veía el avance progresivo de los “Sancristobalenses”, por ejemplo: la construcción de la casa municipal, obra exclusiva del pueblo, bajo la dirección del Coronel Vicente Volcanes, mientras  que don Duilio Barone en un viaje a la capital de la República, Caracas, consiguió la creación de una escuela para el caserío San Antonio con el Dr. Rafael González Rincones, para ese entonces Ministro de Educación; recordemos que el doctor González Rincones fue ministro en dos ocasiones, el primero que comprendería entre 1911-1920 y el segundo entre 1931-1940, sería la primera necesidad que atendería el gobierno a este poblado con la creación de una escuela de primaria y a principios de la década del cincuenta, don Juan Schuessler lograría obtener el contrato para la construcción de un ramal carretero de 18 kilómetros para unir San Cristóbal con la Panamericana; su inauguración se hizo efecto un 24 de julio de 1955.

Para el año 1927 el Municipio San Cristóbal estaba conformado con los vecindarios de El Niguas, El Guamo, Las Parchitas, Las Mesadas, El Cohete, San Antonio, Las Gallinas, Los Limones, El Romero, El Jebe, La Mesa Alta, Colón, Mesa Libre, Carache, Las Virtudes y Pueblo Nuevo y las autoridades municipales para ese mismo año eran: Julio Emiro Vale Lares como Jefe Civil del Municipio, Rafael A. Rodríguez como Presidente de la Junta Comunal, e Ismael Benti como Secretario, también Rafael A. Rodríguez estaría encargado del teléfono, entre los comerciantes para el momento estaban Duilio y Francisco Barone, Eloy S. Pérez, Eugenio Higuera, Francisco Rendón, Rafael A. Rodríguez, Luis A. Rodríguez y Lázaro F. Volcanes, en aquellas tierras laboriosas eran dignos de reconocer grandes haciendas en el rubro agrícola, en especial el café, así como también en la ganadería, podemos mencionar a: Claudio, Telemaco y Juan Ignacio Araujo, Francisco Barone, Ismael y Antonio Benti, Rafael y F. del C. Calles, Candelario Contreras, Rafael Montilla, José, León, Jesús Manuel, Rafael y Luis Rodríguez, Eustaquio Ramírez y Lázaro F. Volcanes.

En el año de  1936 el municipio (San Cristóbal de Torondoy) tenía 2.040 habitantes, según censo nacional de viviendas y pobladores de ese mismo año, además para esa época contaba con dos escuelas federales (una de varones y otra de niñas), una rural del Estado en el caserío San Antonio, su patrona era el Corazón de María y distaba de la ciudad capital  a 110 kilómetros.

Entre 1951 y 1952 se le hicieron obras de reparaciones por la Gobernación del Estado Mérida: a la plaza Bolívar de San Cristóbal; se construyeron 11 kilómetros de carretera de San Cristóbal-Troncal obra contratada por 612.000,0 Bs de los viejos, el 21 de mayo de 1952 se firmaría un contrato adicional por un monto de 229.500,0 Bs.; mientras que las escuelas estadales eran dotadas con mobiliario moderno, entre éstas se favorecerían: San Antonio, San Cristóbal y Las Virtudes que estaba bajo su administración política.

Calle principal empedrada del poblado de San Cristóbal, foto publicada en el Libro de Mérida, 1964


Varios años después, el ciudadano Liévano Antonio Briceño, de la fracción Acción Democrática (A.D.), cuyo periodo se iniciaría desde el 19 de abril de 1974 hasta el 24 de junio de 1979, reelegido consecutivamente, logró obras de importancia para el entonces Distrito Justo Briceño, de gran significación progresista, de tal modo que todas las vías de penetración de la época logró ampliarlas y asfaltarlas, por supuesto sin quedarse atrás San Cristóbal, donde también la vieja casa municipal del poblado la demolerían para construir una nueva, con más comodidad; mejoró el sistema de alumbrado público, servicio médico asistencial, construcción de aulas para nuevas escuelas creadas, entre otros. Todos estos servicios se fueron mejorando y ampliando paulatinamente en los siguientes años.

Otros avances que dejaron huellas en la historia fue, que las casas de comercio de café en donde los productores o caficultores dejaban sus cosechas a consignación, podemos mencionar la que estaba en Bobures representada por don José Antonio Méndez y la de Boscán por José Natividad Durán, por estas mismas casas llegaban las mercancías provenientes de Maracaibo y que eran exclusivamente para los obreros que trabajaban en las haciendas. También los moradores de San Cristóbal continuamente procedían a reparar los caminos de la época que conducían a los puertos de Bobures y Boscán; el de San José de Palmira, el de Piñango y los caminos vecinales, sin traspasar los límites de la aldea, debido a la atención constante de estas vías o caminos la gente de otros lugares llegaban hasta ella para conocer la aldea y ver el mejoramiento progresivo del rubro de cafeto, con nuevos almácigos del mismo para posteriormente sustituir las viejas plantas y nuevas plántulas en espacios libres y cuando se acercaban las cosechas del rubro exuberante la mano de obra provenía de Tuñame, Las Piedras, Santo Domingo  y la mayor parte eran de Pueblo Llano.



Carretera en construcción vía al poblado de San Cristóbal de Torondoy, obra ejecutada por don Juan Schuessler e inaugurada el 24 de julio de 1955 (Foto colección: Rodolfo E. “Tito” Schuessler).

Caseríos de San Cristóbal de Torondoy

BARRIO CHINO

Barrio chino se fundó en el año 1845, sus primeros pobladores fueron: Don Hilario Villarreal proveniente de Piñango, Don Emmanuel Sulbaran (de Mucuchíes) y don Jesús García.  En 1850 San Cristóbal de Torro doy, sector Barrio Chino era  adscrito como caserío a la cercana parroquia de la Palmita del Departamento Miranda.  En 1890 los habitantes hicieron la solicitud al gobierno del Estado Mérida, el caserío fue inscrito a la Jurisdicción de Torondoy.  En 1895 el Italiano Silvio Paglioli le vendió la hacienda de café a don Francisco Barone.  En 1896, el alemán Herman Schuessler le compró a don Lucio Paredes una hacienda de en el caserío San Cristóbal, posteriormente fue ensanchada y dotada de una máquina moderna para el beneficio del café. Por otra parte el Dr. Máximo Paternó-Rizzari en su informe (1950) comenta que: “Por el lado de la calle se abre el camino que conduce a Piñango, vía que está enclavada en la cuesta del cerro y rodea unos ranchos diseminados por los alrededores de San Cristóbal en lo que se conoce con el nombre de Barrio Chino, la localidad más podre del pueblo y también las más sucia”.

 

 

CASERÍO SAN ANTONIO

La historia data del año 1890 aproximadamente cuando Eustaquio Ramírez, hijo de Lino Ramírez quien tenía su propiedad en Piñango,  llega a lo que eran montañas vírgenes y que hoy es San Antonio, este señor funda  una pequeña finca de café que llamó “Los Patios”, la amplía deforestando gran parte de montaña virgen hasta lograr una extensión que abarcó desde lo que ahora se  llamaría “La Loma”, “El Llano” y “San Antonio” en sí se limitaba hasta lo que hoy se denomina “El Alto” y “Las Delicias”.  En estas fundaciones  o mejor llamadas deforestaciones en el caserío San Antonio al mismo tiempo de Eustaquio Ramírez también hacen su aparición Los Calles, Benjamín, Ramón, y Jesusana, de quienes no se conoce su lugar de origen, Benjamín fundaría “Las Delicias”, Jesusana funda “El Alto” (Villa Alta) y Ramón lo que se conoce hoy como “Las Mesas”.

La fundación de este caserío nunca tuvo importancia histórica ni para su misma población por eso no tienen fechas específicas solo se relatan los hechos a medida que aparecían en escena nuevos fundadores de fincas en tierras vírgenes. A continuación se nombraran a otros fundadores según su aparición y porción de tierra fundada.  Nicolás Combita procedente de Palmira, funda lo que se conoce hoy como “Caresita”, “Las Quebradas”, luego de su muerte deja su tierra a sus herederos Martiniano, Dionisio, Luís y Pedro Combita.  Eugenio Rivera de quien no se conoce su procedencia, funda “Santa Elena”, y luego se le canjea a Eustaquio Ramírez por una deuda de dinero.  En este lapso de tiempo Eustaquio Ramírez funda “San Rafael” y se lo asignan a Benardina, Francisca y Luisa Ramírez sus hermanas.  También en sociedad con su hermano Ezequiel Ramírez funda “El Guamo”.  En San Rafael una parte de la herencia de Luisa Ramírez fue comprada por Pedro Adolfo Montilla casado con Gregoriana Ramírez quienes dejan como heredero a Samuel y Eleazar Montilla  actuales dueños.

CASERÍO SANTA FE

Desde el año 1860 Santa Fe era solo pasto, en eso llego el señor Don Jesús Rodríguez quien le puso el nombre de “Santa Fe”, hizo casas de bahareque, un trapiche y un cilindro para café, luego contrató a unos peones, mayordomo y sirvientas, construyó una casa grande para que los obreros se quedaran en ella, existía un solo camino vecinal, luego fueron llegando más familias como: Los Villarreal, Pachecos, Hernández, Don Luís Vergara, Don Claudio Araujo, y muchos más. Cuando llegó la carretera a San Cristóbal de Torondoy el caserío Santa Fe se puso a valer, fundaron la escuela hasta tercer grado.  Antes habían más familias que ahora, lo único que existe actualmente más caseríos como: La Laguneta, El Horno, El Jere, La Palmita, Mesa Alta, El Alto de Santa Fe.

CASERÍO EL NIGUAS

Esta comunidad fue fundada en el año 1860, por señores: Eduardo Valero, Eulogio Romero, Eugenio Albornoz, y Manuel Castillo, provenientes de Timotes, en cuanto al nombre según proviene de una ave llamada Niguas ya que es muy abundante en este sector, por otra parte las primeras casas fueron construidas de bahareque y paja, solo habían cinco casas.  Es importante señalar que en aquel tiempo la educación era muy crítica, la mayoría de las personas eran analfabetas, ya que no existía la escuela y los niños para poder estudiar tenían que trasladarse al poblado de San Cristóbal de Torondoy caminando para así recibir sus clases y solo lo hacían algunos.

Fue en el año 1942 cuando un señor llamado Rubén Volcanes le envía una carta a Honorato Delgado donde le informa que tiene que buscar un sitio para que funcione la escuela, y fue así que a partir del 01 de noviembre de ese mismo año comenzó a funcionar la escuela en una casa de familia con el nombre de Escuela Básica “El Niguas” siendo la primera maestra Yolinda Morillo de 25 años de edad proveniente de “Las Virtudes”.

Es importante destacar que en el año 1992 siendo el gobernador del Estado Mérida José Rondón Nucete construyó una R-2, se contaba con una matrícula de 50 alumnos de 1ero a 6º grado con dos docentes, a partir del año 2000, comenzó a funcionar el preescolar y aumentó la matrícula a 70 alumnos pasando a ser Unidad Educativa “El Niguas” con 4 docentes y un bedel.

 

 

CASERÍO LAS QUEBRADAS

Fue fundada por Nicolás Combita, lo que se conoce como “Libertad” fue fundada por Rafael Araujo en el año 1909.  La comunidad de Las Quebradas cuenta con una población de 106 habitantes aproximadamente, este sector es netamente agrícola sus principales rubros son: apio, cambur, café, mora, entre otros.

CASERÍO EL COHETE

Fue fundada en el año 1930 aproximadamente por la familia Albarrán, según esta familia le dio a conocer este nombre por una persona, cuyo nombre se desconoce visitó el lugar que inicio labrar estas tierras desde ese momento en adelante tomaría el referido nombre, así  siguió creciendo esta comunidad. Todas las familias del lugar son provenientes de la comunidad de Piñango (jurisdicción del actualmente Municipio Miranda, Edo. Boliv. de Mérida).

 

Aspectos generales de San Cristóbal de Torondoy.

Relieve. El Valle del Chirurí debe su formación a unas ramificaciones de cerros que provienen de los páramos de Timotes y Piñango; por su fondo corre caudaloso el Río Chirurí, cuyo caudal aumentan las aguas de muchos riachuelos y quebradas, y su curso está cubierto por un bosque frondoso situado a ambas orillas. Desde el pie de los cerros, el terreno se extiende en un suave declive hacia las orillas del Lago de Maracaibo.

Pendiente. Con laderas de gran pendiente (más del 40%).

Precipitación. Precipitación media anual: 933 – 1500 m.m.

Temperatura.

Tipo de clima: Mesotérmico – Húmedo.

Método de Koeppen, según el cual tenemos:

Templados de altura Tropical: Tipo G

Gwi: Templados de altura con un sólo máximo de precipitación al año. 7-8 meses lluviosos.

Gmi: Templados de altura. Bosques perennifolios nublados. 9-10 meses lluviosos, distribuidos durante todo el año.

Fríos de Alta montaña Tropical: Tipo H

Hi: Fríos de alta montaña, de páramos, vegetación muy escasa.

Humedad. Humedad relativa: 30 – 60%

Suelos. El tipo del suelo es prevalentemente calcáreo y su grado de permeabilidad al agua es bueno. La tabla de agua del subsuelo es muy honda, aunque no podemos precisar su nivel. En la localidad no existen taladros ni pozos. De manera muy general, los materiales originarios de los suelos pueden clasificarse según su origen en dos grandes categorías: residuales y transportados. Los suelos formados in situ, es decir, los suelos residuales abarcan toda el área montañosa.

De acuerdo a la nomenclatura internacional de los suelos, para nuestro municipio tenemos:

Inceptisols: suelos con primitivo evolución y compleja composición mineral, la laderas de montañas y colinas son pocos erosionables.

Ultisols: suelos desarrollados con acumulación de arcilla, con poca materia orgánica que hace n poco aptos para la agricultura

Entisols: suelos de escasa evolución, por la estar formados de sedimentos de recientes deposición como por ejemplo las vegas de los ríos, sea por ser muy arenosos.

La vocación en cuanto a uso: Agricultura vegetal con limitaciones y Pecuario semi-intensivo.

Vegetación. Son tierras montañosas, con laderas de grandes pendientes, por lo general cubiertas de bosques, en los cuales se encuentran esporádicas zonas cultivadas que ha influido, enormemente la mano del hombre modificando la vegetación natural existente con el establecimiento de los conucos y monocultivos. Sin embargo, podemos identificar claramente un bosque de tipo primario en  el que se distinguen varias especies como el Yagrumo (Cecropia sp), Guamo (Inga spp), Pardillo (Cordia alliodora), Bucare (Eritrina sp), Cedrillo, Cedro blanco, Pumarroso, Higuerón, Caimetón, entre otros. En general el bosque del Municipio lo podemos identificar de la siguiente manera:

Bosques siempre verde: Selva higrófila megatérmicas (selva lluviosa), van desde los 0 a 500 m.s.n.m.

Bosques siempreverde montano: Son bosques caducifolio o deciduo, van desde los 500 – 1.500 m.s.n.m.

Páramo: Cumbres del sistema montañoso Andino, superior a los 2.800 m.s.n.m.

Turístico. El mayor atractivo arquitectónico del poblado son sus casas coloniales, como mencionamos anteriormente, que se empinan sobre una calle estrecha, aún conservadas con balcones, ventanas y puertas de madera, sus techos algunas son por el sistema de tejas el resto son de zinc; con la puesta en valor desde el año 1994 en la capital del municipio, paulatinamente la parroquia también ha sido beneficiada a través de los gobiernos locales y del estado, en algunos casos no se tiene una estética bien definida en las intervenciones y conservación que se han hecho por la falta de ordenanzas municipales que regulen y fiscalicen estos tipos de trabajo patrimonial. El atractivo natural del lugar, referido anteriormente, lo envuelve entre dos bellas cascadas, El Romero que aguas abajo confluyen con el río Chirurí, sirve  de balneario natural para propios y visitantes ya que es fácil acceder a ella por el margen de la vía próximo al poblado de San Cristóbal, y la otra cascada la podemos vislumbrar de lejos cuando vamos llegando al referido, ésta se desprende de las altas montañas del caserío San Antonio (entre la Fila de Las Gallinas y la Mesa de Paja) colindante con la Parroquia San José de Palmira del Municipio Julio César Salas, creando un espectáculo por sus frías y cristalinas aguas de singular belleza. Existe otra cascada en esta jurisdicción, la podemos encontrar en la microcuenca alta de la quebrada “El Romero”, en el sector conocido como “El Zanjón del Diablo”, estas frías aguas nacen en el Cerro La Popa, en fin, esta cascada que damos a conocer es poco explorada por el hombre, sin embargo, estas riquezas hídricas hoy en día la vemos muy vulnerables por la acción antrópica, la práctica del monocultivo como lo es el apio criollo, para su establecimiento se han dañado grandes riquezas naturales, como bosques autóctonos de la zona, así como también fauna silvestre han tenido que emigrar hacia otras zonas vecinas y una disminución paulatina de las aguas; que muchas de ellas son destinadas para el propio consumo humano.

Parque Nacional Sierra La Culata (ABRAE).

Sin dejar pasar por alto que por las cabeceras de la parroquia, límite con la jurisdicción de Torondoy, por allí pasa la línea imaginaria de nuestro Parque Nacional “Sierra La Culata”, que en todo su ámbito ha sido afectada por las labores agrícolas y pecuaria incontroladas, tal vez por desconocerse o ignorarse las medidas especiales que se han dictado para su protección y conservación cuando ésta se creó según Decreto Presidencial Nº 640 del 7/12/1989 y publicado en Gaceta Oficial Nº 34.439 del 29/03/1990  y que posteriormente el 10 de mayo de 1995 se dictó el Plan de Ordenamiento y Reglamento y Uso del referido Parque Nacional publicado en la Gaceta Oficial Nº 4907 (Extraordinaria) de fecha 26/05/1995, cuya competencia la tiene el Instituto Nacional de Parques (INPARQUES), ente encargado de formar e informar a las poblaciones que hacen vida dentro o que colindan con el mismo los diferentes programas de protección y manejo. El uso de tecnología alternativa, la rotación de cultivos, una reducción importante de los pesticidas y el campo de éstos por productos agroecológicos de menos impacto en el ambiente, tienen que ponerse en práctica lo más pronto posible con nuestros productores del campo, esto permitiría reducir considerablemente la erosión de los suelos; que en su mayoría tienen un desnivel bastante fuerte, evitando daños irreparables que atente al medio ambiente, incluso con la vida humana, de esta forma estaríamos garantizando y contribuyendo a futuro la preservación de la especie humana y la salvación de nuestro querido y único planeta.

Fuente: Jonathan Orlando Camargo Guillén, 2014

Todo lo que representa color azul corresponde al Parque Nacional Sierra La Culata (PNSLC).

Marco Legal.

En el Capítulo IX De los derechos ambientales, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, refiere lo siguiente:

Artículo 127. Es un derecho y un deber de cada generación proteger y mantener el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro. Toda persona tiene derecho individual y colectivamente a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado. El Estado protegerá el ambiente, la diversidad biológica, los recursos genéticos, los procesos ecológicos, los parques nacionales y monumentos naturales y demás áreas de especial importancia ecológica. El genoma de los seres vivos no podrá ser patentado, y la ley que se refiera a los principios bioéticos regulará la materia.

Es una obligación fundamental del Estado, con la activa participación de la sociedad, garantizar que la población se desenvuelva en un ambiente libre de contaminación, en donde el aire, el agua, los suelos, las costas, el clima, la capa de ozono, las especies vivas, sean especialmente protegidos, de conformidad con la ley.

Según la Ley Orgánica del Poder Público Municipal, vigente, en los Artículos 56. Son Competencias propias del Municipio:

d. La Protección del ambiente y la cooperación en el saneamiento ambiental; la protección civil y de bomberos; y el aseo urbano y domiciliario, incluidos los servicios de limpieza, recolección y tratamiento de residuos.

Artículo 61. Cada Municipio, según sus peculiaridades, tendrá un plan local de desarrollo urbano mediante el cual se regulará el uso y aprovechamiento del suelo según las directrices contenidas en el plan nacional de ordenación urbanística, y en concordancia con el plan de desarrollo económico y social señalado en el artículo anterior. Este plan contendrá la ordenación del territorio municipal, hará una clasificación de los suelos y sus usos, y regulará los diferentes usos y niveles de intensidad de los mismos, definirá los espacios libres y de equipamiento comunitario, adoptará las medidas de protección del medio ambiente, de conservación de la naturaleza y del patrimonio histórico, así como la defensa del paisaje y de los elementos naturales. Contendrá además, si fuere necesario, la determinación de las operaciones destinadas a la renovación o reforma interior de las ciudades.

Artículo 64. A los municipios les corresponde la protección del medio ambiente y de la salubridad pública, el suministro de agua y el tratamiento de las aguas residuales, así como el respeto y garantía de los derechos ambientales de los vecinos. Los municipios serán convocados para que participen en la formulación de la política nacional o estadal en material ambiental…

 

Infraestructura existente.

Por otra parte, en el poblado funciona una Unidad Educativa Bolivariana, un Liceo Bolivariano,  cuatro escuelas estadales, Registro Civil, y la Junta Comunal San Cristóbal, una torrefactora de café, Comando Policial, plaza Bolívar, ambulatorios, casas civiles con estilo colonial, entre otros.





Calle principal del poblado de San Cristóbal, año: 2015














Por disposición del gobernador del Estado Mérida, Florencio Porras Echezuría se rehabilita la Plaza Bolívar, cuyo ente ejecutor del programa Mérida Preciosa fue la Corporación Merideña de Turismo (CORMETUR) en el año 2008. (Foto colección: Cronista del Municipio Justo Briceño, fecha 2011)
















Hermosa vista de la caída de agua, caserío San Antonio. Año: 2011
















Cascada de Romero, caída de agua ubicada antes de llegar al poblado de San Cristóbal. Año: 2008

INICIO DE LA EDUCACIÓN.

San Cristóbal (capital):

Para 1894 no existían escuelas de primaria en la aldea de San Cristóbal. Por iniciativa propia de los hermanos Francisco y Alejandro Barone solicitaron a un paisano don Domingo Sardi que vivía en San José de Palmira para que les ayudara a buscar una persona capacitada para tal fin. Correría el año 1895 cuando esta responsabilidad recayó en Fulvio Tacredi, era natural de Génova (Italia), había estudiado la carrera universitaria en Pisa. Vivía en Palmira. Al poco tiempo este personaje se residenció en la hacienda “Los Limones”, cercano al poblado de San Cristóbal, las clases las daría de forma gratuita en donde muchos niños y niñas obtuvieron notas sobresalientes. Varios años después enfermaría de gravedad lo trasladaron para un hospital de Maracaibo en donde a los pocos días fallecería. Para 1950 existía en San Cristóbal una escuela federal, y tenía anexa una escuela estadal en la cual prestaban servicios cuatros maestros, uno de ellos con la designación de maestro coordinador. En el caserío San Antonio funcionaba otra escuela estadal, con un maestro.

Caserío San Antonio (Las Gallinas):

José Duilio Barone Simancas hijo adoptivo de San Cristóbal, en un viaje para Caracas logró conseguir la creación de la Escuela del caserío San Antonio con el Dr. Rafael González Rincones Ministro de Educación Nacional (fue ministro en dos periodos 1911-1920 y 1931-1940). Sería la primera necesidad que atendería el gobierno con la creación de una escuela primaria. Para 1968 se llamaba Escuela Unitaria Rural.

Caserío El Niguas:

Yolinda Morillo Linares, fue preceptora de la Escuela Estadal Nº 163 (esta escuela funcionaba primero en Las Virtudes y fue traslada para el caserío), mediante Decreto 301 de la Gobernación del Edo. 29/10/1958, sustituía a Laura Simancas. Para 1968 la sede se llamaba Escuela Unitaria Rural.















Liceo Bolivariano de San Cristóbal de Torondoy, inaugurado el 10/10/2008 durante la gestión municipal del T.S.U. Víctor Luis Matheus López Alcalde para el momento. Obra iniciada en el segundo semestre del año 2006.














Sección de un mapa físico-político señalando San Cristóbal y sus áreas circunvecinas.














Vista satelital del poblado de San Cristóbal.


















Anterior plaza Bolívar del poblado de San Cristóbal. Año: 2007
















Poblado de San Cristóbal de Torondoy vista desde el sector Mesa Alta. (Foto colección: Cronista Municipal, año: 2008)

LÍMITES DE LA PARROQUIA SAN CRISTÓBAL DE TORONDOY.

Diferencias limítrofes intermunicipales según el censo poblacional 2001: Durante la realización del XIII Censo General Nacional de Población y Vivienda 2001, el Consejo Legislativo del Estado Mérida recibió de parte de varios concejos municipales algunas denuncias y reclamos relacionados con supuestas dudas censales. Algunos de estos problemas derivaban de interpretaciones de erratas de la Ley de División Política Territorial del Estado Mérida, pero otros problemas surgieron por cambios en el control administrativo o de gobernabilidad de algunas aldeas y caseríos localizadas en áreas limítrofes intermunicipales. Debido a los problemas presentados, el Consejo Legislativo del Estado Mérida (CLEM) formó una Comisión de Límites para que hiciese el trabajo cartográfico de campo y tratara el asunto directamente con las comunidades, autoridades municipales y responsables censales de los municipios involucrados. En cada zona que presentaba problemas limítrofes se elaboró un informe con las soluciones respectivas. Estos informes levantados se presentaron a la directiva del Instituto Nacional de Estadística (INE) para finiquitar los casos planteados de las partes involucradas y se acordó dictar Resoluciones que al efecto el CLEM puso en evidencia lo siguiente: La problemática que se presentó con el Caserío El Ceibal, se trató en el Caso Nº 4. El Ceibal fue censado por la Parroquia Santa Apolonia de acuerdo con la Ley de División Político–Territorial del Estado Mérida (LDPTEM), pero por razones de accesibilidad siempre ha sido administrada por el Municipio Justo Briceño desde su capital Torondoy. Allí existe mesa de votación, escuela municipal y otros servicios que son mantenidos por Torondoy; es decir, la gobernabilidad la ejerce Torondoy y así fue confirmado por las autoridades de ambos Municipios.

Artículo 46. Los límites del Municipio Foráneo (hoy parroquia) San Cristóbal de Torondoy, cuya capital es la población de San Cristóbal de Torondoy, en el artículo 46º de la referida Gaceta mencionan los siguientes límites: Por el Norte: Los Municipios Julio César Salas y Miranda, partiendo del nacimiento de la quebrada Los Caracoles o caño La Danta en el cerro El Cogollo, por la fila del mismo cerro hasta su unión con el filo Almorzadero. Por el Este: El Municipio Miranda, en sus límites generales con el Municipio Justo Briceño, desde el punto antes mencionado en el filo Almorzadero hasta el nacimiento de la quebrada El Baño (N1004300-E287900). Por el Sur: El Municipio Miranda, en sus límites generales con el Municipio Justo Briceño, desde el nacimiento de la quebrada El Baño hasta el nacimiento de la quebrada La Pedregosa (N1004300-E287900). Por el Oeste: Partiendo del nacimiento de la quebrada La Pedregosa toma un filo que conduce al alto del cerro del mismo nombre (N1003450-E288000). De este punto en dirección oeste hasta el inicio de una fila (N1003400-E286800) que en dirección norte conduce a la loma Laguneta Arriba ((N1006150-E286650) de este punto se continúa en dirección noroeste por el filo de Mesa Libre (N1008750-E285600), pasando por Las Palmitas hasta el río Chirurí, aguas arriba por éste hasta una fila que enfrenta el zanjón del Diablo (N1008650-E28900); se continúa por la misma fila en dirección nordeste hasta el cerro El Cogollo donde nace la quebrada Los Caracoles o Caño La Danta punto de partida del límite Norte”.

TRADICIONES DE LA PARROQUIA SAN CRISTÓBAL.

De acuerdo a sus culturas y tradiciones, generalmente se realizan  pesebres, paraduras, celebración de los carnavales, Semana Santa, las fiestas patronales en honor a “San Cristóbal” en el mes de agosto, entre otras celebraciones religiosas, en cuanto a su gastronomía resalta; la arepa de harina de trigo con queso ahumado, sopa de gallina criolla, sopa de  caraota, sopa de arvejas, mojito de sardina, cachapa de maíz, dulce de zapallo, arroz con leche, curruchete, entre otros.

Baile de Santo Domingo.

Para el año de 1947 el poblado de San Cristóbal de Torondoy contaba con telégrafo, correo, Registro Civil, tenía una calle principal, plaza, iglesia, varias casas construidas en bahareques y tapial para un aproximado de 20 familias creyentes de la religión católica, cuyas fiestas patronales se abocan a San Cristóbal celebrada en el mes de agosto. La mayoría de las festividades son religiosas, como especial atención tenemos las paraduras y búsqueda de niños robados, en esta última la gente acostumbraba a dar serenatas en horas de la madrugada y cuando el caballero se enamoraba de una dama la cortejaba con cantos de cuatro y maraca, de aquí el origen del baile de Santo Domingo, muy utilizado para la época. Las familias y amigos se hacían pasar invitaciones para tal efecto, la tarjeta de invitación tenía que tener un director, el cual se encarga de dirigir la música; en la polca se intercambian coplas en forma de versos de enamoramiento y en ocasiones en el momento del baile, se trata de una controversia o una galantería entre el hombre y la mujer de cada pareja de bailadores. Para los años cuarenta, en la pequeña población de San Cristóbal de Torondoy el baile de Santo Domingo lo hicieron presente los señores Américo Salcedo, César Ramírez (mejor conocido como “Cucarachero”) y Pascual Rivera. Ya para el año de 2009 se hizo el II Encuentro Municipal Folclórico de “Cumbre y Tradición”, llevado a cabo en el poblado de San Cristóbal de Torondoy, es singular la coreografía del baile lo realizaron el personal administrativo y obrero de la Unidad Educativa Bolivariana San Cristóbal, rescatando el baile dejada en el olvido, mejor relatada por los pioneros de la localidad.

He aquí los versos propios para la iniciación del baile, que corresponde recitar al caballero:

Una estrella se ha perdido

y en el cielo no aparece,

dicen que tú la tienes

y en tu pecho resplandece.

La dama entonces contesta:

 

 

 

Tú eres un diamante

y una matica de romero,

Dios me debe dar el permiso

de casarme con un jovencito soltero.

Y así siguen:

Adiós mi tortolilla,

Adiós, que viene el día!

Acuérdate de mí,

Que sois amada mía.

 

Que sois amada mía,

tengo un palo colorado,

donde cuelgo mi chaqueta

cuando estoy enamorado.

Por esta calle me voy

y por la otra doy la vuelta,

si me aceptan en el baile,

ténganme la puerta abierta.

 

Vuela, vuela papelito,

donde el viento no te alcance!

Y dile a la prenda mía

que siempre yo soy constante!

El primer amor que tuve

fue una colombiana:

le comí lo que tenía

y la dejé silbando iguanas.

 

Eres un granito de oro,

eres un coral partido,

eres en quien tengo puesto

todos mis cinco sentidos.

De mi tierra me he venido

pisando espinas y abrojos,

sólo por venir a verte,

lucerito de mis ojos.

 

Lucerito de la mañana,

claridad de todo el día,

¿Cómo no me recordaste

cuando se fue el alma mía?

De Santo Domingo vengo

con el agua hasta la garganta,

sólo por venir a verte,

pulida paloma blanca.

 

Allá te mandé un pañuelo,

en cada punta un botón,

para que te abotones

las alas del corazón.

Clavelito colorado,

nacido en la punta de lanza,

aunque te vayas muy lejos,

no te pierdo la esperanza.

Eres un botón de rosa,

una mata de malabar,

aunque tú estás muy lejos,

siempre nos debemos casar.

NOTA: Estos son algunos de los versos recopilados en el trabajo de investigación del Cronista Municipal (libro El Valle del Chirurí, 2015, proyecto).

Los velorios.

Se conoce dos clases de velorios; los de los difuntos y los de los santos. Al difunto se vela durante toda la noche, y después de haber sido sepultado, por un lapso de nueve días, los familiares y amigos le rezan rosarios y letanías; es lo conocido con el nombre de novenario, en cuyo último día se sirve abundante comida, la cual hace que crezca la afluencia de gente a los rezos. Unas cuantas velas prendidas y unas flores recuerdan al muerto. Si el difunto fue niño, el vestido del cadáver será blanco, y en el velorio le cantarán estrofas como las siguientes:

Ya es hora, ya es hora, madre,

que comencéis a llorar,

que el hijo más estimado,

ya lo llevan a enterrar.

Ya es hora, ya es hora, madre,

que comencéis con tu llanto,

que el hijo más estimado

lo llevan para el camposanto.

 

Ya es hora, ya es hora madre,

que comencéis a llorar!

 

Los velorios de los santos consisten en una función religiosa, celebrada en homenaje del santo elegido, y la cual termina con la recitación en forma de canto de una décima llanera, acomodada al medio ambiente. En realidad, se trata de versos libres, a veces asonantes, que tienen su origen en los llanos de la costa del Lago de Maracaibo, y que han llegado hasta nuestra región. A la recitación sigue un baile.

He aquí los versos propios de estas celebraciones:

Fueras Isabel María,

lindo clavel en botón,

que arranca sin compasión

suspiros del alma mía.

Fueras tú la prenda mía,

la flor de más elegancia,

ramo de toda importancia,

yo no te podré olvidar.

 

Desde hoy te debo de amar,

consuelo de mi esperanza,

rosa de más importancia,

yo no te podré olvidar.

Recibe y no te dé pena,

un besito y un abrazo.

¿Qué más, después de ser el lazo

de tu brillante cadena?

 

Porque tengo el alma llena,

desde que ví tu hermosura,

tu simpática figura

y tu lindísimo color,

que debes de ser mi amor,

sin que haiga ninguna duda.

 

En otras ocasiones cantan lo siguiente:

¿Hasta cuando, prendecita,

me estás haciendo sufrir?

Estoy cansado de ir

a hacerte varias visitas,

y si alguno te lo evita,

por lo que a ti te ha pasado,

yo que estoy a tu lado,

cantándote lo que pasa,

y cuando voy a tu casa.

¡Tú eres la reina del prado!

Contadme el inconveniente

que ponéis para quererme,

no quisiera devolverme

de tu visita hasta el presente.

Tú eres la más ardiente,

consuelo de mi esperanza,

porque tú eres el modelo

que a mi vista componéis.

¿Qué hago yo, si no me queréis,

Rosa del Monte Carmelo?

 

FUENTE: Libro El Valle del Chirurí, 2015, proyecto, material inédito del Cronista Municipal.

Los Giros de San Benito.

San Cristóbal de Torondoy, hermosa población enmarcada en montañas y valles, presenta un conjunto de tradiciones específicas de la región, dentro de la cual se encuentra identificada los Giros de San Benito, los cuales datan desde 1920 en adelante, cuando llegaron al sector de Los Corrales (Piñango) vecina población un grupo de personas del campo en donde formaban al son de las maracas hechas con latas de sardinas y piedras, en ausencia de las taparas autóctonas. Tiempo después un señor llamado Francisco Albarrán se interesó en bajar la danza y su son a San Cristóbal de Torondoy, corría el año de 1971, cuando este movimiento de danza enmarca la identidad cultural de los pueblos andinos, donde al golpe del tambor y hacer sonar las maracas se dejan llevan los diferentes pasos y movimientos rítmicos tales como: el paso de la corbata, el entrelazado y la adoración de San Benito, entre otros. Estos movimientos están bajo la dirección de un capitán o capitana, que lleva el son y cambio de paso o movimiento y su guía es un silbato (pito), es así donde la cofradía cultural ha practicado esta danza durante varios años, en especial para el mes de agosto, fecha en que se celebra las fiestas patronales en honor a San Cristóbal de Torondoy. Menciona Américo Salcedo, oriundo de dicha parroquia, que un grupo de hombres y mujeres se reúnen para poder celebrar las fiestas de San Benito de Palermo, porque se había perdido la tradición y desde hace 3 años las han rescatado “Llevando estas misas y bailes denominados los giros de San Cristóbal, siempre comparten con nosotros los giros de La Tiendita. Después de las misas se prepara la noche antañona, que son personas que se visten como las personas antiguas, buscamos bestias y machetes viejos, para hacer la similitud de lo que se hacía antes”, indicó. Dentro de las fiestas patronales en honor San Cristóbal, las actividades religiosas se inician con las misas en honor a San Antonio, San Judas Tadeo, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, al Sagrado Corazón de Jesús y, cierran con la misa a San Isidro y San Benito de Palermo.

Grupo de cultores artísticos del poblado de San Cristóbal, procesión del Sagrado Corazón de Jesús. Año: 29/06/2008.

















Grupo de cultores artísticos que podemos apreciar, sobre todo los domingos entretienen a los presentes tocando música instrumental de cuerda. Año: 2008

Fiestas patronales en honor a San Cristóbal

Se celebra con mucho orgullo el día de San Cristóbal patrono del poblado desde hace muchos años. Contaba don Blas Rivas habitante de la parroquia que tenía 96 años de edad, recordaba que desde pequeño ya las fiestas patronales al santo ya se celebraban, y que cuando el padre Felipe Santiago Jerez (quien fue párroco eclesiástico de Torondoy 1942 – 1955) compró la imagen de San Cristóbal, traída de España, fue cuando todos los feligreses se centraron más en la devoción de su santo  patrono.

En la fiesta patronal se realizan campeonatos de futbolito, futbol, juegos populares, presentación de los giros. Cada día se celebra una misa en honor a San José, San Judas Tadeo, el Sagrado Corazón de Jesús, San Benito, San Isidro Labrador, hasta llegar  a la solemnidad del santo patrono “San Cristóbal”.  Para el día central se da inicio de la festividad con repiques de campanas y quema de pólvora, misa solemne y procesión de la imagen sagrado por las calles del pueblo acompañados por las presentaciones de los giros con las diferentes comparsas, las comunidades de San Antonio, Santiago, El Niguas, Santa Rosa, El Cohete, Las Lagunetas, entre otros,  y grupos de apostolados también acompañan a la santa imagen realizan carrozas alusivas al patrono, las cuales se exhiben por todas las calles del pueblo, en este evento los fieles pagan sus promesas unos por favores recibidos durante el año y otros por devoción.
 
Imagen sagrada de San Cristóbal y Altar Mayor del templo parroquial de San Cristóbal de Torondoy. Fotos: colección del Cronista Municipal.

OTROS DATOS DE INTERÉS.

Es importante destacar el relato de don Félix Araujo (+) para conocer más el pasado histórico de San Cristóbal de Torondoy, su economía había sido por muchos años del cultivo del cafeto, el cambur era escaso para aquel entonces, ya que tenían que buscarlo para los lados de Colón y Las Virtudes. Había pequeñas siembras de apio (los habitantes lo llamaban apio madre), guaje amarillo, batata, maíz, chirimoya (establecimientos llamados conucos), y siempre se sembraba caraota y arvejas. El cultivo de caña de azúcar también tuvo su auge, en varias haciendas tenían su trapiche para la obtención de la panela criolla, entre las cuales podemos mencionar: la de don Luis Volcanes, Claudio Araujo (padre de Félix Araujo), Blas Ramírez, Ismael Benti, Eustaquio Ramírez, entre otros. La mayoría de estos productos agrícolas se llevaban hasta el puerto de Bobures y de allí vía lacustre a la ciudad de Maracaibo.

Cuando se habilitó el tramo carretero Panamericana – San Cristóbal de Torondoy fue un avance para el pueblo, gracias al buen gesto de Juan Schuessler en ver crecer y avivar las buenas costumbre de sus coterráneos. Al poco tiempo personas como: don Filadelfo Araujo, Pablo Linarez, Alfonso comenzaron a prestar servicio de transporte para aquellas personas que querían llegar con más rapidez a los puertos vecinos. Pero algo importante que queremos resaltar es que antes que llegara la carretera ya los Schuessler habían llevado el primer vehículo (un Jeep Willys), fue en la década de los cuarenta cuando la misma familia lo desarmó en el puerto de Bobures, las partes se trajeron en arreos de mulas hasta su hacienda y luego lo armaron. Tanto así que hoy en día el pequeño vehículo rústico se conserva en buenas condiciones, siendo para aquel entonces el primer vehículo llevado a San Cristóbal de Torondoy.

Nuestro entrevistado (Félix Araujo), que vivía en ésta pintoresca parroquia del municipio Justo Briceño, por sus experiencia de vivir en el lugar y recordar personalidades de la época dedicadas al trabajo, llamados alguna vez “don”, nombrados para su respeto, entre otros, son merecedoras las atribuciones para escribirlas en los relatos de su mente lúcida. Su hogar de ahora fue quizás una de las primeras casas en construirse en la pequeña población, está ubicada al frente cuando se llega al pequeño poblado, diagonal del templo parroquial. Entre las familias extranjeras que vivían en el poblado estaba la de don Vicente Barone y su esposa Benita de Barone, su casa la utilizaban de posadero a las personas que estaban de paso. También estaban los Volcanes, Benti, Pizani, entre otros. Las personas emblemáticas del pueblo están Blas Rivas tenía 99 años de edad (para el año 2011), y su hermano Genaro que por sus rasgos físicos se parecían mucho. Los dos eran nativos del sector El Horno, cercano al poblado de San Cristóbal.

Nos relataba don Félix que la primera capilla del pueblo era de palos y techo de palma. Posteriormente se construyó con paredes de tapial y techo de zinc galvanizado. El presbítero Felipe Santiago Jerez trajo la imagen de San Cristóbal, patrono del lugar. Posteriormente el padre José Humberto Mora traería las imágenes religiosas de: la Dolorosa y el Cristo. Don Raimundo Hernández, comerciante del poblado, contribuiría mucho en la parte económica durante su construcción, y don Antonio Quintero traería el árbol de “caimito forastero” que estaba sembrado en la pequeña plaza Bolívar.

Los maestros dedicados a enseñar la gramática eran: Francisco Barone, también lo sería Rubén Volcanes, quienes a pesar de no haber alcanzado un nivel estudio profesional se ganaron el prestigio como buenos conocedores de la gramática verbal y numérica. Una persona de apellido Nieto y su esposa, oriundos de Mérida, estarían en el lugar por ocho años aproximadamente también dando clases.

Don Rafael Rodríguez fue cuidandero y trabajador por muchos años de la hacienda propiedad de la sucesión Schuessler (hacienda “Miramar”). La carretera de la pequeña parroquia foránea llegó a mediados de los años cincuenta (se inauguraría el 24 de julio de 1955), gracias a la buena labor y preocupación de don Juan Schuessler, para dejarle a su terruño pueblo un bonito gesto social, de desarrollo y prosperidad, ya que su familia inmigrantes de Alemania por allá a finales del año de 1896, donde buscaron alguna vez refugio de aquellos países que declaraban la guerra. Esta carretera en mención fue contratada por la gobernación del Estado Mérida al ciudadano Juan Schuessler por la cantidad de seiscientos doce mil bolívares (Bs. 612.000,00) de los viejos, la extensión del contrato cubría 11 kilómetros entre San Cristóbal de Torondoy-La Troncal (Panamericana), que para el año de 1952 estaría construida hasta Las Virtudes.

Sobre esta familia alemana nos valimos de la tradición oral de Rodolfo Ernesto Schuessler (mejor conocido como Tito [2011]), sobrino de Juan Jorge: los hermanos Germán y Enrique Schuessler estuvieron en varias partes del país, eran como una especie de mercante e ingeniero, donde construían maquinarias de vapor, sobre todo procesadoras de café y plantas hidroeléctricas traídas por ellos mismos de Alemania. La llegada de los hermanos Schuessler a Torondoy radica aproximadamente a mediados de la década de 1870 y principios de la década de 1880, ya que en los libros de defunción del Registro Civil de Torondoy de fecha 19/05/1883 Enrique Schuessler daba noticias de la muerte de Juan Rodríguez.

Como se mencionó anteriormente, de las obras de ingeniería por ellos tenemos: el puente de hierro ubicado en la triestadal (conocido como puente “Viejo” del sector Santa Ana, este puente se construyó entre 1894 y 1895, contrato hecho entre el recién creado Concejo Municipal del Distrito Torondoy y el ingenio de Enrique Schuessler). En la actualidad, este puente hace aproximadamente diez años la Alcaldía del Municipio Justo Briceño le hizo reparaciones mayores, para mantener comunicada con la vía principal de Torondoy los sectores vecinos de Las Mesas del Cerro la Hoya, La Pica y Valles de Arigua. Los hermanos Schuessler también se les atribuyen como los pioneros de haber traído maquinarias a vapor para la entonces Central Venezuela, así como otras tantas en los sitios donde se desarrollaba muy bien el cultivo del café. (Es posible que el Centro de Beneficio “Santa Elena”, propiedad del Br. Benjamín Guerrero, ubicado en la vía principal de Torondoy-Nueva Bolivia, funcionó por mucho tiempo a principio y mitad del siglo pasado, hayan sido también los mismos alemanes que tuvieron que ver con la adquisición e instalación del mismo).

Mientras tanto, Germán Schuessler se impresionaría por las montañas del pequeño caserío de San Cristóbal (hoy San Cristóbal de Torondoy) para también fundar su hacienda de café. Dejaba un encargado para el cuido del mismo, en tanto Germán retornaba a su país y vendría cada seis meses, es decir, cuando había cosecha de café (entre septiembre – febrero), también tenía que ver con la estación climática de Alemania que para esos meses allá era, y lo es, el invierno, y como no se podía hacer nada prefería entonces venir a su pequeña hacienda.

Entre los meses de julio y agosto realizaba la exportación de la cosecha ya procesada para Alemania. El encargado en este caso era Rafael Rodríguez (un hijo de él fue gobernador del Estado Lara en el periodo 1974-1975, se llama Hernán Rodríguez Araujo, es ingeniero, hoy en día reside en EEUU; existe el Reconocimiento “Ing. Hernán Rodríguez Araujo” al Mérito Profesional, que concede el Rotary Club de Barquisimeto), que lo fue por muchos años hasta su muerte, le administraba las haciendas. En ese vaivén de Germán Schuessler para ver sus campos cultivados, traería a su esposa Margarita Huelsemann, quien tendría varios meses de embarazo. A la hora de retornar la pareja, le fue imposible por los prontos dolores de parto, permanecieron un tiempo más hasta que nacería su hijo Juan Jorge un 11 de diciembre de 1904. Posteriormente se llegó la hora de regresar la joven pareja con su bebé en brazos. El señor Félix Araujo mencionó que doña Margarita dio a luz al niño Juan Jorge en la casa de su propiedad.

Alemania fue el hogar en donde se formaría el niño Juan Jorge, recibió toda la educación primaria, secundaria y la universitaria, estudiaría ingeniería civil en agronomía, en donde sus pasantías las realizó en Guatemala, específicamente en la hacienda “Trece Aguas”. El nombre de esta hacienda es porque tiene dentro de la misma trece (13) riachuelos, el cultivo que predominaba era el cafeto y otros rubros de importancia. Ya especializado, Juan Jorge Schuessler decide venirse a Venezuela, específicamente a la hacienda que su padre había fundado, corrían los años 1928 y 1929, se instalaría en la hacienda “Miramar” fundada por su padre, mientras que su hermano Rodolfo llegaría en 1933, éste apenas tenía 23 años de edad, para ayudarlo en la administración y construir muchas cosas que hacían falta para el procesamiento del café. La maquinaria instalada era moderna para la época, modelo ejemplar para el país, todavía hoy en día se conserva. También contribuyeron al trazado de las calles del poblado de San Cristóbal, acueducto para la hacienda y también puesta al servicio público, luz eléctrica, cloacas, además construyeron el Altar Mayor de la iglesia (réplica de una iglesia de Alemania). En Monte Carmelo también diseñaron una planta para el beneficio del café, similar al de la hacienda “Miramar”. La facilidad de Juan Schuessler era porque viajaba a ver sus padres, y cuando retornaba traía muchas máquinas a vapor. Aquel afán de Juan Jorge iniciado en 1932 cuando primero instalaría la secadora en el lugar conocido como “El Tendal”, posteriormente se complementaría con otras maquinarias, excelencia para el beneficio más complejo como: lavadora, despulpadora, trilladora; cuyo traslado de dicha maquinaria fue por los inhóspitos caminos reales.

Finalizando la década de los treinta, Rodolfo Schuessler retornaría porque las condiciones para él no eran las idóneas, todo se hacía por caminos de recuas, no había luz eléctrica eficiente, acueductos, entre otros. Mientras que su hermano persistió hasta lograr su cometido. También fue motivado a sus condiciones de salud, padecía de una úlcera, aunado por su ciudadanía alemana, que al poco tiempo fue reclutado para la guerra durante la dictadura de Adolf Hitler (II guerra mundial, iniciada en 1939 y culminada en 1945). Aunque no era soldado raso, Rodolfo utilizó sus habilidades para no llegar al frente ruso. Culminada la guerra, la mayoría de los países habían caído en un estado decadente, y como el café tenía su auge para la época, por ejemplo en Alemania el café tenía un valor exorbitante.

En la postguerra, Rodolfo Schuessler decide retornar a Venezuela (entre 1945-1946), porque había tenido noticias que su hermano Juan Jorge lograría el contrato con el gobierno del Estado Mérida para la apertura de la carretera entre la troncal de la Panamericana y la población de San Cristóbal de Torondoy.

Rodolfo Ernesto Schuessler (mejor conocido como Tito), nuestro relator de estas anécdotas de su familia pasada, nos aclara que a pesar de que su tío Juan Jorge se dedicó en el desarrollo y progreso de San Cristóbal de Torondoy, en muchas índoles, respetado y apreciado todo el tiempo por sus coterráneos. En cambio Rodolfo (su padre) fue corta su estadía pero, también puso todo el empeño a la hacienda de café, en ayudar a su hermano, sin ninguna mezquindad.

El decaimiento de Juan Jorge fue por un problema de salud, de tipo cardiaca, y por estar tan compenetrado a su trabajo se descuidó, falleció en su pueblo natal el 18 de septiembre de 1961.

Además Tito nos adiciona sobre estas crónicas, que cuando se estaba construyendo la tan esperanzada carretera, vinieron unos alemanes para ayudarle a su tío Juan Jorge, uno de ellos era caricaturista y humorista muy conocido en Alemania para la época. En su país escribiría y haría sus bocetos plasmados en dos libros, basados en los acontecimientos vividos en la población de San Cristóbal de Torondoy, así como las diferentes partes que visitó en el interior del país, Venezuela. Estos dos ejemplares fueron editados en Alemania en la década de los cincuenta, en el idioma alemán.

















El Tucán (Ramphatos ambiguus), ave emblemática del Municipio Justo Briceño, en San Cristóbal de Torondoy es muy común verla volar entre los árboles.

Fotos seleccionadas para esta página (colección del Cronista Municipal).